Canto a Bolívar

Ahora que todo lleva tu nombre, Bolívar,
y no es una metáfora,
vamos a poner las cosas en su sitio.

A Miranda no lo mató el bochinche sino tú.
Y Colombia se hizo grande ahíta de miserias
Y el Olimpo que levantamos,
en alabanza                   para que tú reinaras,
es una barriada interminable.

Y ahora,
que te ha dado por resucitar o reencarnar,
no hay un alma que no sea alérgica
a tu nombre y eso, Bolívar,
tampoco es una hipérbole.

Tu nombre es una coartada,
un sucio billete que nada vale,
una plaza cualquiera repetida,
una esquina.

Tu nombre es un país sin mar,
el pico más alto de la cordillera más pobre / del planeta.

La única gloria en tu nombre, Libertador,
es una avenida sonora de tacones
talla cuarenta y seis.

Alejandro Castro