Sé que afuera
están pasando cosas:
hay un montón de gente
queriendo ser
un mismo Río.
La memoria de una tierra más tierna
y el temblor del pájaro recién amanecido
sobre la rama requemada
a punto de alzar su canto
hacia un futuro incierto signado
por la hora del Gallo.
Se nota en el brillo de los ojos
de los viejos y los jóvenes
de los tullidos los trúhanes y los sabios
de los resabiados los niños y los locos
de los que murieron sacudiendo sus patas
imaginando que cabalgaban hacia el infinito
de los dialécticos y de los que apremia la hemodiálisis
de los que lidian con el ganado y las abejas y los pastos
de los inyectados de optimismo y los aguafiestas de siempre
del virtuoso el pretencioso y el licenciado
de las viudas de sus esposos y de sus hijos asesinados:
todos marchando
por diferentes calles
con el mismo sentido
buscándose
encontrándose
para llegar a ser
el mismo Río.