En cuestión de pocas horas

Es necesario controvertir a los antiguos magistrados.
Es necesario tomar la parte dura y cónica
que se forma en la cabeza de ciertos rumiantes.
Es necesario matar al pájaro dentirrostro.
Es necesario cuestionar al cuestor romano
todo lo que hacemos no es vicioso,
como no es cuerdo el asunto en cuestión,
como no es cuerdo el asunto de que se trata.

Nuestro problema en anca de caballería
escopeta
es la cuestión con los vecinos,
no es un acto de cuesta y cuestación,
no es un acto de petición para un acto piadoso,
es un cuesco ruidoso, es un coscorrón,
es un pescozón,
es la coz que dan las armas,
es la coz que da la escopeta al dispararla.

Hoy entre nosotros todo es dudoso,
problemático,
y queremos discutir
queremos altercar
queremos destruir los fosos de la fortificación.

Que no venga el cuervo marino
domesticado para la pesca.
Que no vengamos afligidos.
Que no vengamos apocados.
Que se azucen los perros.
Que los magistrados cuestionados
no coloquen la planta umbelífera en su frente
como salvación.
Que la parte posterior del hombre y los animales
comprenda que ya no es asentadera.

Que no es culo de botella.
Que no es culo de pollo.
Que no es culo de vaso.
Que no es piedra falsa.

Nuestro himno insurgente.
Nuestro grito contra Góngora
no es el lenguaje afectado de los
cultiparlistas.
Es palaba violenta
arrojada al mar en un saco.
Es el estrépito
entre un gallo, un mono y una culebra.
Es astro quemante.
Es escupitajo contra el magistrado.

Nuestro objeto de discusión
es que debemos apretar la cuerda
es que debemos torcerle el cuello
a la toga y el birrete.

Es que debemos formar
una habitación distinta
a la locura de la razón
a la razón de la sinrazón.

No queremos exonerar
el vientre podrido
de nuestra alma mater.
Que no hablemos a cuerpo de rey.
Que no hablemos a cuerpo de caballo.
Que no hablemos en cuerpo de camisa.
Que no hablemos n cuerpo glorioso.
Que no hablemos de lo legal.

Que conozcamos la existencia
del delito.
Que nos importe un comino
que la Biblioteca Nacional de París
contenga dos millones de libros.

Que pisoteemos la colección de leyes.
Que desvirguemos el cuerpo jurídico
a medio cuerpo.
Que reproduzcamos la cabeza y
el bulto.

Sin prenda de abrigo.
Que caminemos
hacia el pueblo
con el rumor imperceptible
de quien toma un cuerpo y lo ata.

La cuestión y cuestación
el asunto en cuestión
el objeto de la discusión
lo candente es cuestión de pocas horas.

Carlos Contramaestre