A seiscientos kilómetros por hora cuestiono todo
no tengo paz ni sosiego y digo cuestiono todo
me dejo llevar me gusta cuando me sucede
el animal que soy sobre las catedrales husmeando
mi desmedido desenfado mi boca salvaje
cerrando y abriendo puertas espantosas
la micromáquina filmadora de sueños
una escalera una antorcha para quemar la nueva Babilonia
desde arriba y desde abajo asalto el círculo
esta noche dormiré en los tejados para no comprometer a nadie
de paso me orino en el parque de los escritores
nos conducimos por dentro y por fuera
enero sin sweater cuello de tortuga es conflictivo
nada cae por su propio peso menos la desdicha
a esta velocidad soy el único que ha visto lo lejos y lo inmediato del desorden
conozco tales deidades que me da risa
entonces he aquí al hombre que no tenía sombrero y necesitaba
trabajar con sombrero y salió a la calle con su mujer desnuda
sobre su cabeza y en la parada del carrito por puesto encontró a su amigo
del alma y éste le preguntó
-“Esa no es Eloísa” y él le dijo
-“Sí pero no creo que se note mucho” y el amigo del alma le respondió
-“Bueno la verdad que regular”
y cuando entró a la oficina se armó la grande y después
se hizo costumbre y a cierta distancia de tiempo
mandó a hacerle algunas reparaciones en aquellos lugares
donde se hacen hebillas y se componen sombreros y se la forraron
toda por dentro con tafetán rojo y le rodearon la cintura
con una cinta brillante
y no diga usted adornada con plumas de aves exóticas
porque el asunto es serio si lo sabré yo era tanta la necesidad
que se olvidó
y dejó a su mujer colgada de un clavito y se fue
y como todo alucinado que se estima no tengo remedio
lo que aún no hemos visto no es un cementerio de elefantes
ni un buque fantasma ni la consagración de la primavera
lo mío es un masseratti 3 litros
una potente máquina
una agonía de turbinas
mejor si trae consigo los sonetos a Orfeo
qué tiempo lleva escribir un gran poema
inscribirlo después en el grand prix de la posteridad
allá los que se desviven para que el tiempo no los mate
yo me pongo mi chaqueta al revés me voy silbando
miren que dije chaqueta
y dije camisa de fuerza y dije insulina y dije metrasol
pero no miren que no dije terapia ocupacional ni gallo tuerto
lo que aún no se ha visto no son mis celos rabiosos
ni los manuales de econometría para gerentes de empresas
hacen falta barras de dirección y puntas de ejes
alto octanaje y ácido de batería
yo le decía a Cecilia que ningún mundo de agua
era obstáculo para esas largas y bellas piernas suyas
hacen falta tuercas y tornillos rosca fina
despejados platinos y cigüeñales resistentes
al frío con los académicos comedores de ortigas
ahora es que va a dar guerra el Che
necesitamos vestirnos de monte
insurgentes o muertos sin memorias
trágame con cerveza amor mío soy una ostra
sangre de mi sangre
amor bajo el inventario de tus ojos
amor sin comprender que dos bastan para la cercanía
amor tienes que arreglar los papeles menos extraños
y tomar el avión en las estaciones del paraíso perdido
amor a quien miro con el sol derecho volar sin retorno
en el viento soluble
el viejo Orígenes consideraba
que entraríamos rodando en forma esférica
otro es mi problema para qué la poesía
todos los yanquis son unos hijos de puta
hay que matarlos donde estén
no puedo vivir sin conflicto
esta mañana amanecí locamente enamorado de Corea del Norte
yo quiero un estallido atómico
demasiado hemos trabajado para los dioses
en el resplandor del hongo haremos que trabajen ellos
más veloz tiro la casa por la ventana
el sabio penalista dice que el verbo hacer es ilimitado
podemos cantar bailar escribir leer
y también robar estafar violar ofender
en eso estamos hijos míos
yo convierto a las mujeres en armas de guerra
luego ellas deciden vertiginosamente
el comandante entró por las costas del nordeste
mi trago favorito es una parte
de vodka una parte de ginebra una sombra de limón
en este panfleto puedo romperme los dientes
mi vida vale un comino
vorazmente me gustan todas las cosas
mi rostro enloquece en el paisaje
me celebro en la poesía
como quien celebra su boda con un cuchillo
esto fue dicho esto ha sido sostenido
todo el mundo es la ausencia de todo sujeto
estoy sumergido
cuesta bastante mantener un buitre
poder explicar con certeza
cómo el futuro llegará a vuestras vidas
decir predecir ahondar más hondo
siempre el infinito al desnudo
mi corazón es más luminoso
que todos los soles tragados por la tierra
No iremos al cine a ver la vida del siervo de dios
claro está que nació en Isnotú del estado Trujillo
y como uno también es de ese estado
y qué diablos hace este señor aquí
me enerva el chovinismo de gran aldea
¡eh! guerrilleros
el tiempo de los verbos nada importa
según lo que hemos pesado visto y medido
vendrán días terribles
el que piense llorar como un bendito
que vaya comenzando
yo dentro de la burbuja bailo pata pata
hoy recibí carta de mi amor mi amor está por llegar
escribo palotes porque esta agonía no es de hoy
esta agonía no es ni hija ni patrimonio de las armas liberadas
la muerte venezolana era ya sin nosotros
la muerte boba
la muerte sin papeles sin paga sin reclamo
la muerte arboladura de los poderosos
vieja costumbre mal acostumbrada
descomunal zamuro devorando vivos a los pobres
el orgullo lo que nadie puede negarnos
es la irresistible trascendencia desde nuestras caídas
y la violenta muerte del enemigo
aprendimos a matar salto adelante
hablamos largamente de la hipófisis
ese tirano desconocido sentado en nuestra silla turca
hay que echarlo afuera para que la confusión sea total
el problema es encontrar la puerta llenar el cuarto de agua
aun cuando en ello dejemos el orden el sub-orden la especie
la estancia del viejo linaje
debemos ahondar para seguir
no olviden cruzo el laberinto a seiscientos kilómetros
la raíz cuadrada de un rayo de luz más todos los sueños
estamos desquiciados pero ni esto tenemos de tontos
por eso dije críticamente
lo que aún no se ha visto es el país girar enloquecido
estoy en mi oficio
quién puede descansar en el filo de una hojilla
un barril de pólvora es un barril de pólvora
claro dirán los expertos qué más puede ser
lo que yo digo es dónde conseguir uno para volar los códigos establecidos
uno se mete en cada lío de miedo esto no da dividendos
vivo en el mismo sitio cuántos querrán verme vestido de madera
hoy somos aire esparcido pero mañana
el hombre dobló la cintura hacia adelante
su ojo izquierdo rodó por tierra sin inmutarse
digo sin inmutarse el hombre no el ojo sería el colmo
luego tomándolo cuidadosamente lo colocó en su sitio
al instante moría de susto estaba al revés se vio por dentro
si quieres historia hazla tú mismo
urgentemente seguimos necesitando barras de dirección
la más radiante noticia de año nuevo
los comandos Vietcong toman la ofensiva
desean algo más bien
para un sinfín de personas un pernil de cordero
o de ternera de leche de unos 2 kilogramos y medio
60 dientes de ajo 1 vaso de ron
2 décimas partes de un litro de vino blanco muy dulce
un poco de manteca de cerdo sal y pimienta
si empezamos al amanecer al atardecer el fuego estará listo
alrededor del más terrible tablero de ajedrez
cenarán algo que durante siglos viene rodando
pernil al ajillo a la manera de Heráclito de Efeso
luego vendrán unas truchas al vino rojo el más rojo
servidas bajo el resplandor de nuestras banderas
vivimos en un perenne combate
que cada quien elija su destino
un hombre camina dando y recibiendo golpes
atrás deja la semántica y los deberes ciudadanos
agua y pez al mismo tiempo
destruye lo posible para no ser aniquilado
nos obliga a llevar un vaho de pistolas en la nuca
que nadie duerma tranquilamente
¡oh! ese amor suyo por la guerra de los pueblos
ofendidos considerarán que esto no es un poema
y tienen razón tal vez una canción de cuna
ahora sé que estoy loco por completo
pero se acabó la cantinela se acabó la coba
a partir de mi la palabra es un escalofrío
ahí queda esto
subo y arranco mi potente masseratti 3 litros
rafagueante doy mis sesos contra un muro
después el otro infierno
Mérida, 1968
Víctor Valera Mora