Todo apunta
a que de pronto
tendremos que tumbar los cocos
de las palmeras de Cuarimare.
Que iremos en procesión al cerro
a buscar agua
en las cascadas.
Que regalaremos un mango
de cumpleaños.
Todo apunta
a que de pronto
nos comeremos las garzas
del Guaire.
Pobres garzas.
Usaremos
los coletos de faldas
y nos pintaremos los labios
con el hollín de los puentes.
Encenderemos el fuego
para darnos luz
y un juego posible
-pero mortal-
será perderse en los pasillos
de las residencias.
Falta poco para que pesquemos
en las fuentes del restaurante chino.
Que miremos con nostalgia
la Torre Británica
el Edificio Cavendes
que matemos un gorrión
por hambre
que bajemos la fiebre
con rezos al precio del petróleo
y que pensemos que nos llegó la hora
de cavar hasta llegar al mar
Y huir.