El presidente

El presidente vive gozando en su palacio,
come más que todos los nacionales juntos
y engorda menos
        por ser elegante y traidor.
Sus muelas están en perfectas condiciones;
no obstante, una úlcera
le come la parte bondadosa del
corazón
y por eso sonríe cuando duerme.
Como es elegido por voluntad de todos
los mayoritarios dueños de inmensas riquezas
        es un perro que manda,
        es un perro que obedece a sus amos.
        es un perro que menea la cola,
        es un perro que besa las botas
y ruñe los huesos que le tira cualquiera
        de caché.
Su barriga y su pensamiento
es lo que llaman wáter de urgencia.
Por su boca
        corren las aguas malas
de todas las ciudades.
Con sus manos destripa virgos
        y
como una vieja puta
es débil
y orgulloso de sus coqueterías.
        Se cree el más joven
y es un asesino de cuidado.
Nadie podría decir
cuál es su gesto de hombre amado,
porque todos escupen su signo
y le dicen cuando pasa:
“Ahí va la mierda más coqueta”.
        Cuando
se paga la luz,
                el teléfono,
                el gas
y el agua
                como un recién nacido,
entre cuidado y muelles colchones,
                la vieja zorra duerme.
Nada le hace despertar.
El presidente vive gozando en su palacio.

Caupolicán Ovalles