El pájaro de la esperanza

Marcaron la puerta a cuchillazos,
eructaron nuestros nombres,
escupieron los buzones,
echaron azufre en el jardín.
Pero nosotros,
nosotros tejíamos las mantas.
Cantábamos bajito, a oscuras.
Pálidos,
bañados en polvo,
nosotros seguíamos
raspando el suelo.
Porque adentro había un pájaro que tiritaba.
Un pájaro herido, ciego, remojado.

Luis Enrique Belmonte